miércoles, 19 de marzo de 2008

Sobreviviendo a las mujeres I.


Sábado a la tarde, usted esta exactamente donde debe estar: arrepantigado en un sofá o sillón plumífero delante de la televisión y contemplando alguna retransmisión deportiva, usted abre la lata de cerveza número tres, y verdaderamente está muy contento porque la pizza que acaba de pedir por teléfono esta a punto de llegar. No se podría mejorar la situación en modo alguno, salvo quizás con una televisión de 50 pulgadas. Y entonces aparece la santa esposa de usted en la habitación y pregunta... "¿Que demonios estas haciendo?"

¿Tiene truco la preguntita, u que?

Si, por supuesto que tiene truco, conteste lo que conteste, se encontrara en 5 minutos conduciendo al centro comercial mas próximo, y allá pasara alegremente el resto de la tarde escogiendo colores para la cortina del salón y empujando el carrito de la fruta.

Y esto, ¿porqué sucede, ocurre o acontece?

Tiene mucho que ver con la naturaleza intrínseca de la pregunta realizada, y eso porque toda mujer es experta en lanzar preguntas que parecen no tener respuesta adecuada. Pasemos a citar un ejemplo clásico:

¿He engordado?

No hay respuesta a esta pregunta que no sea interpretada como un "si". "No" significa si. "Si" significa si. "No lo se" dignifica si. "Estas muy bien" significa si. "No importa" significa si. Su única posibilidad de salir indemne del asunto es contestar clara, lisa, y llanamente no. La respuesta ha de ser inmediata, sin dejar lugar a dudas y que suene como un hecho tan incontestable como que 1+1=2, y sin que parezca una simple opinión. Esto nunca funciona, pero las otras posibilidades son aun peores y de funestas consecuencias.

Hay otras muchas preguntas a las cuales el "no" es la única respuesta posible, y otras que piden un "si" directo e indubitado. Cualquier intento en estos casos de introducir a la respuesta una ulterior explicación, matización o chistecillo se convertirá de inmediato en graves problemas, y usted solito los sufrirá (y los tendrá merecidos por insensato).

Recuerde esta tabla en todo momento:

CONTESTAR SIEMPRE NO

¿Hay alguna otra mujer en tu vida?

¿Tienes fantasías con tu antigua novia?

¿Estás cansado de mi?

CONTESTAR SIEMPRE SI

¿Todavía me quieres?

¿Tienes fantasías conmigo?

¿Te gusta como queda mi nuevo peinado?

Por desgracia muchas preguntas conyugales necesitan algo mas que una sencilla contestación afirmativa o negativa. Y el esfuerzo a desarrollar en la contestación es comparable a los trabajos de Hércules, por ejemplo:

¿Que zapatos van mejor con el vestido?

Esta pregunta aparece en el preciso instante en que se hace tarde para llegar a la cita que ambos tienen pendiente, y en ese instante su santa esposa le presenta dos pares de zapatos y dispara la ya citada pregunta. El dilema es comparable al nudo gordiano o a la adivinanza infantil de si fue antes el huevo o la gallina. Si escoge el par de zapatos que ella lleva puestos, inevitablemente pensará que usted está intentando quitarse en muerto de encima y meterle prisa. Si escoge el otro par, ella sabrá que es para evitar los problemas derivados de escoger los zapatos que lleva puestos, y esto solo será el comienzo de mayores problemas para usted. Algunos maridos, intentan un aproximación alternativa al dilema, y escogen un tercer par que no les ha sido mostrado, pero es inevitable que ella lo tome por un ataque a su capacidad de elección, o en su defecto como una buena oportunidad para machacar la falta de buen gusto de usted.

Y todo esto nos lleva a una pregunta aun mas difícil de contestar, si ella sabe que en realidad usted no tiene ni idea de combinar zapatos y vestidos, y que además a usted no le importa un comino, entonces... ¿porque lo pregunta? Todo forma parte de la táctica femenina para domesticarle, y como parte de esa táctica, de vez en cuando se le consultará sobre color de manteles y cortinas, es esas ocasiones un "tu tienes mejor gusto, escógelo tu" expresado con humillado gesto deberías bastar. Pero no intente ese camino con los zapatos, para solucionar este problema y salir relativamente ileso, sugiérale que se pruebe el segundo par, y entonces indique que el primer par conjunta mejor con el vestido. Esta salida dará lugar a una tregua temporal, salvo que usted se enoje y exprese su queja cuando ella decida que en realidad el segundo par queda mejor conjuntado.

Hay otro grupo de preguntas que merecen tratamiento aparte. Un típico ejemplo es: ¿Hacia donde crees que vamos con nuestra relación? (o similares). De esta pregunta usted no puede escapar con un sencillo "hacia adelante", o un "no se" y menos aún con el intento graciosillo de "subiendo escaleras". Lo primero que necesita usted saber es que desea ella oír como respuesta, para ello la salida mas airosa consiste en contestar con otra pregunta. Observe cuan sencillo es salir del paso con lo que popularmente se conoce como "una respuesta a la gallega".

Ella: ¿Hacia donde crees que vamos con nuestra relación?

Usted: ¿Hacia donde crees tu que vamos con nuestra relación?

Ella: ¿Crees que es guapa?

Usted: ¿Quien?

Ella: ¿Que pasaría si me quedo embarazada?

Usted: ¿Estás embarazada?

Ella: ¿Y eso? ¿Es que estoy gorda?

¡Uy, uy, uy! Nos hemos metido en la trampa, en realidad hay que estar siempre ojo avizor. Intente una respuesta surrealista:

Ella: ¿Que pasaría si me quedo embarazada?

Usted: ¿Que pasaría si me quedo embarazado?

Por lo menos así ganara tiempo para pensar una respuesta mas adecuada.

Vayamos a una pregunta matemática. ¿Con cuantas mujeres has hecho el amor? Pensemos... puede usted decir la verdad, si no han sido mas de 12, o puede intentar adivinar el número que ella mas o menos espera oír. Como la mayoría de los problemas matemáticos es mas fácil hallar la respuesta si tenemos una formula a aplicar.

Esto debería funcionar:

Número de gente con el que ella ha tenido relaciones + Número de gente que ella sabe con los que has mantenido relaciones + Numero de gente con la que realmente has mantenido relaciones. Al número resultante de la anterior suma se le divide entre 2 (redondeando a la baja los decimales), debería salir un número no demasiado fantasioso pero suficientemente honorable para la hombría del caballero consultado. Pero si el resultado es mayor de 12, diga que 12.

Vayamos a algo mas sencillo:

¿Me ves distinta?

Bueno, solo ligeramente mas sencillo. Tenga en cuenta que el método de interrogatorio femenino consiste en algo parecido a la pesca, se tira el anzuelo a ver que pica. Una mujer, como un abogado, no preguntará jamás algo que requiera una respuesta clara a menos que sepa cual es la respuesta. Si usted se inquiere sobre el método de las mujeres abogadas, de veras le aconsejo que no intente averiguarlo, las consecuencias sobre su psiquis pueden ser demoledoras.



Pero no divaguemos:

¿Me ves distinta?

Esta pregunta pertenece al mismo genero que: ¿Has oído algo de todo lo que te he dicho? y ¿Has olvidado que día es hoy?. Vayamos por partes, este tipo de preguntas es asazmente dificultoso, y el porcentaje de posibilidades de que sean mal contestadas es avasallador. Intente respuestas posmodernas o irónicas.

¿Me ves distinta?

¿La vajilla es nueva?

¿Has olvidado que día es hoy?

Por supuesto que no, hoy es miércoles.

¿Has oído algo de todo lo que te he dicho?

Eres un cielo pichurri...

¿A que tiene gracia? Bueno, si ella no coge el chiste no es su culpa caballero. Si ella desea respuestas mas cualificadas y precisas, debería hacer mejores preguntas, por ejemplo:

"¿Te has mirado el espejo últimamente?". Esa pregunta y su prima carnal, que es la siempre inesperada "¿Que somos tu y yo?" son formas de recordarle a usted que ella se arrepiente de haberle escogido como compañero y que esa decisión puede ser rescindida unilateralmente si usted se comporta algo mas ruidosamente que lo habitual en el modus vivendi de un tiesto de geranios. Pero es seguro que usted se lo merece, esto pasa cuando uno comenta que Brad Pit esta echando michelines, o que Sean Connery no tiene que esperar a su cumpleaños para ver a su esposa sin el camisón churrigueresco de color verde .

¿Crees en la fidelidad conyugal?

Como la mayoría de las preguntas filosóficas que parecen surgir de la nada, esta pregunta nunca surge de la nada. Esta pregunta abstracta sobre tus convicciones sobre la fidelidad conyugal en realidad disfraza una pregunta codificada sobre tu concreta fidelidad conyugal, y por tanto la respuesta debe estar codificada igualmente.

Consulte la siguiente tabla:

Usted dice: Si

Usted quiere decir: ¿Sabrá ella algo?

Ella piensa: Está escondiéndome algo


Usted dice: Depende

Usted quiere decir: ¿Sabrá ella algo?

Ella piensa: ¡Lo sabía!


Usted dice: ¿Por que lo preguntas?

Usted quiere decir: ¿Sabrá ella algo?

Ella piensa: ¡Será cab***!


Usted dice: No lo se, ¿tu que opinas?

Usted quiere decir: ¿Sabrá ella algo?

Ella piensa: ¿Sabrá el algo?

Hay muchas mas variaciones y permutaciones, pero no merecen mayor reflexión. En el momento en que esta pregunta aparece, ya tiene usted graves problemas. No importa que conteste, pero diga lo que diga no se ponga colorado.

Vayamos con mentiras mas gordas:

¿Que estás mirando?

Ella quiere decir: "¿Que diablos haces mirando a esa niña de dieciséis años?" Y usted que pensaba que manteniendo el cuello rígido como una farola y solo girando los ojos pasaría desapercibido...

Evidentemente, la verdad nunca es la mejor respuesta, una mentira bien gorda y cebollina le salvará de ulteriores dificultades. Pero como siempre recuerde que hay errores muy comunes al responder que pueden sumirle en un mar de amargura.

¿Que estás mirando?

Demasiado especifico: La mosca que se ha posado en la calva del señor gordo del traje marrón, ese de allá al fondo....

Demasiado vaga: Esa cosa.

Demasiado buena para ser verdad: Ese collar de diamantes del escaparate, que te sentaría divino cariño mío.

Demasiada verdad para ser buena: esa tanga en el escaparate, que te sentaría divina cariño mío.

Demasiado obvia: Nada.

Demasiado, demasiado obvia: Esa rubia de allá con las grandes .. quiero decir, nada en absoluto.

He acá una que requiere algo de discernimiento:

¿Y que hacemos (nosotros) ahora?

Esta surge cuando repentinamente ocurre una situación de emergencia aparentemente sin solución. La parte que requiere discernimiento asaz es la misteriosa pero implícita partícula "nosotros", que aún flotando en medio de la frase es invisible, pero se declara preclaramente por la conjugación verbal. Este "nosotros" significa dos cosas, en el primer sentido significa "tu", como en "¿A ver que narices haces tu ahora?" pero también esta en sentido de "nosotros estamos en esto juntos", que implica que los dos compartís iguales responsabilidades porque a ella se le hayan caído las llaves al fondo de la alcantarilla, o porque guarda la rueda de repuesto en le garaje para que no se la roben.

En estas situaciones, estará tentado de responder... "(nosotros) Hemos acabado, ¡adiós!"

Usted casi seguramente vencerá la tentación y no dirá nada, a pesar de que ella seguramente insista con un inoportuno... "¿Porque no dices algo?"

Si responde o no a la anterior es cosa suya, pero hay una pregunta a la que nunca debe responder. Guarde silencio, insista en su derecho a no declarar si no es en presencia de su abogado, huya, hágase el sordo, salte por la ventana, lo que sea.. pero nunca diga nada cuando ella le pregunte:

"¿Me sentaría bien un corte de pelo?"

Si usted contesta algo, mas tarde cuando ya se lo haya cortado (y todos sabemos que lo tiene ya decidido) y se vea horrible (y se verá horrible), será su culpa. Incluso si usted no dice nada en absoluto, lo mejor que se puede esperar es que ella regrese al hogar con el pelo recién cortado, le mire directamente a los ojos y diga:

"¿No me hace parecer gorda?".... Y entonces estará solo ante el peligro... (tiemble).

1 comentario:

  1. Increíble que nadie comentase esta entrada. Y cómo se nota que es usted casado, señor Y...

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